Amigos queridos: hace unos días recibí una hermosa felicitación navideña de una encantadora lectora donde me pedía que no abandonara este blog.
Me conmovió -porque nunca he pensado hacerlo-, pero también me hizo preguntarme por qué he estado tan lejana estos meses, por qué me ha costado tanto trabajo postear.
Sería una excusa decir que he estado más ocupada que en otros minutos de la vida; creo, más bien, que he necesitado estar sola, parar y escucharme muy profundo.
Este año, como nunca, me ha llenado de preguntas y también de preocupaciones acerca del mundo. Ha sido un año de muchas partidas de referentes, y también de un duro despertar de la inocencia con que hemos vivido hasta ahora.
Por supuesto, toda crisis es una maravillosa oportunidad de cambio y de progreso; pero crecer y dejar atrás ciertas pieles implica a veces un trabajo interno y he necesitado "escribir menos", como me aconsejó un día un buen maestro, "y vivir más".
Los he extrañado y espero que volvamos a conversar muy pronto juntos, acerca de la belleza, el arte y la ilustración -y por mientras, los dejo con la increíble
Zuzanna Celej, (Polonia, 1982).
Felices Fiestas.