Un merecido descanso

Queridos amigos: el verano pasado nos quedamos sin un día de vacaciones, porque en plena oleada de calor, tuvimos que mudarnos de casa e inagurar una pizzería, no por coincidencia, el 14 de febrero (véase El sueño de papá).

Podría contarles muchísimas historias divertidas, varios sustos, y los otros, los momentos tristes y de angustia máxima, ya quedaron atrás.
Mi ex socio ya ni recuerda sus tiempos sentados frente al computador -ni los añora, debo agregar!- y creo que por fin ya desarmamos las últimas cajas en casa.
Todo ha ido lentamente encontrando su propio espacio y lugar, y lo único que tengo pendiente es pasar unos días de vacaciones con mis hijas.

Así que me despido temporalmente por un poco más de una semana; no estaré conectada porque no concibo las vacaciones online.
Les dejo un abrazo grande, con aroma a lluvia y sopaipillas, y les prometo volver renovada, llena de hermosas imágenes y novedades!
¡Hasta pronto!

(Por supuesto, mi hija pequeña, que es una gran artista, le ha hecho decenas de bellos dibujos a su papá; como el de arriba, en que se ve la gran fila de personas que ella sueña delante de la puerta de la pizzería! Y, por si alguno se anima, les dejo su página acá! Serán todos bienvenidos!)