Amigos, no suelo hablar mucho de cosas muy personales, pero hoy voy a hacer una excepción y dedicaré un minuto de silencio a alguien que fue un segundo papá para mí, alguien que me cuidó y quiso como a una hija, y que me enseñó a amar el arte, igual que mi padre.
Fue un hombre excepcional, de esos que cuando parten dejan un cráter de dimensiones.
Un hombre enamorado de la vida -como pocos-, de la acuarela, de la música, de la poesía, de la buena mesa y de las buenas historias.
Hasta el último día me regaló recuerdos que atesoraré (pedazos de la historia familiar que desconocía, algunos) y la convicción de que la vida es un bello juego -muy serio a veces.
No quiero decir más; no puedo.
Sólo pedir al universo que lo reciba con amor, que le entregue sus colores y arreboles más hermosos, para que pueda seguirnos regalando sus maravillosas puestas de sol, desde allá.
Te vamos a extrañar, Draco Maturana.
seguro será un gran aporte al lugar a donde llegue! lo deben estar esperando con alegría! comparto este momento y su silencio. <3 Marion
ResponderEliminarLinda, Marion!
EliminarSEGURO que sí! Debe estar celebrando con sus amigos del alma, y su familia! <3
Joanna
UN GRAN ABRAZO!!!
ResponderEliminarMe llega!!!!!
EliminarGRACIAS!!!!!!
Joanna