El currículum de Monika es bastante intimidante, y la mayoría de sus libros ha ganado algún importante premio.
Sin embargo, sus ilustraciones no han perdido esa candidez, ese toque algo folk que hace que uno tenga ganas de bajar al río de noche a mojarse los pies y contemplar las estrellas.
Casi se siente el frío viento en la cara.
Bello.
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