Una de las editoras de Planeta Tangerina (una de mis editoriales favoritas!!!!!), las ilustradoras Kitty Crowther y Anna Castagnoli y el director del Museo Textil holandés, Errol van der Veldt, fueron invitados, este año, a ser parte del jurado de la Muestra de Ilustración que se expone durante la famosísima Feria del Libro de Boloña.
Ella escribió un post tan interesante sobre su experiencia, que me he tomado la libertad de traducirlo, resumirlo y editarlo: me parece imperdible.
"Esta exposición (y el catálogo que la acompaña) son aguardados con gran expectativa por todos los visitantes de la feria y la selección hecha cada año es siempre motivo de alguna controversia y discusión. Sobretodo para quien está comenzando y no tiene todavía trabajo publicado "ser seleccionado para Boloña" es un incentivo importante y no es raro que veamos en Boloña trabajos de ilustración que no corresponden a nuestros criterios personales en relación a aquello que debe ser una "buena ilustración". (...)
En Boloña, los jurados son siempre diferentes y, por esto, el jurado acoge todos los años muy variadas experiencias de vida, gustos y criterios: algunos jurados valorizan más la parte técnica, otros la artística, algunos dan importancia a que una ilustración pueda atraer inmediatamente a un niño, otros buscan simplemente algo nuevo. Esta variedad de miradas hace de la selección de Boloña una sorpresa cada año y puede también, claro, crear polémicas. Una selección de este tipo, abierta y completamente libre, es siempre circunstancial y subjetiva, y por esto, muy discutible. No hay nada de malo en eso.
Ella escribió un post tan interesante sobre su experiencia, que me he tomado la libertad de traducirlo, resumirlo y editarlo: me parece imperdible.
"Esta exposición (y el catálogo que la acompaña) son aguardados con gran expectativa por todos los visitantes de la feria y la selección hecha cada año es siempre motivo de alguna controversia y discusión. Sobretodo para quien está comenzando y no tiene todavía trabajo publicado "ser seleccionado para Boloña" es un incentivo importante y no es raro que veamos en Boloña trabajos de ilustración que no corresponden a nuestros criterios personales en relación a aquello que debe ser una "buena ilustración". (...)
En Boloña, los jurados son siempre diferentes y, por esto, el jurado acoge todos los años muy variadas experiencias de vida, gustos y criterios: algunos jurados valorizan más la parte técnica, otros la artística, algunos dan importancia a que una ilustración pueda atraer inmediatamente a un niño, otros buscan simplemente algo nuevo. Esta variedad de miradas hace de la selección de Boloña una sorpresa cada año y puede también, claro, crear polémicas. Una selección de este tipo, abierta y completamente libre, es siempre circunstancial y subjetiva, y por esto, muy discutible. No hay nada de malo en eso.
(Etienne Delesser, ilustrador y curador del site francés Ricochet, uno delos más leídos por editores e ilustradores, criticó duramente la selección hecha en el 2012. Resultado: al año siguiente fue convidado a hacer parte del jurado, para tener la oportunidad de vivir la experiencia en su propia piel...)
(...)
Normalmente, miramos una imagen y pensamos "Me gusta" o "No me gusta". Y, si nos preguntan por qué, la tendencia es a responder con argumentos mucho más emotivos que racionales (...). Pero, cuando nos convidan a hacer parte de un trabajo así, es preciso tener criterios un poco más sólidos y dar nombres concretos a sensaciones, problemas y soluciones. Es también importante mantener el espíritu abierto y estar preparado, no sólo para aceptar una selección que no corresponde cien por ciento a nuestro gusto personal, como, aún más importante, para cambiar de idea durante el proceso de selección.
Nos pasó a todos: no gustar de un trabajo y, después de oír a alguien hablar con más detalle sobre las razones de su elección, pasar a valorizarlo de otro modo. Como abrir los ojos un poco más.
Lo que hicimos en Boloña fue conversar bastante de manera de crear una especie de base común a todos. Incluso antes de iniciar la selección, trajimos algunas preguntas a la mesa del almuerzo: ¿Qué buscamos en una ilustración? ¿A qué le damos más valor? ¿Qué nos llama la atención en un trabajo? ¿Qué descartamos inmediatamente? ¿Para qué sirve una muestra de este tipo?
De esta conversa salieron luego una serie de palabras que estarían en la base de nuestros criterios y que, en momentos de indecisión, fueron de gran ayuda para escoger o descartar trabajos. Porque — es fácil imaginar por qué — no fue fácil llegar a una lista final de seleccionados...
Nos pasó a todos: no gustar de un trabajo y, después de oír a alguien hablar con más detalle sobre las razones de su elección, pasar a valorizarlo de otro modo. Como abrir los ojos un poco más.
(Fotos de Planeta Tangerina)
Lo que hicimos en Boloña fue conversar bastante de manera de crear una especie de base común a todos. Incluso antes de iniciar la selección, trajimos algunas preguntas a la mesa del almuerzo: ¿Qué buscamos en una ilustración? ¿A qué le damos más valor? ¿Qué nos llama la atención en un trabajo? ¿Qué descartamos inmediatamente? ¿Para qué sirve una muestra de este tipo?
De esta conversa salieron luego una serie de palabras que estarían en la base de nuestros criterios y que, en momentos de indecisión, fueron de gran ayuda para escoger o descartar trabajos. Porque — es fácil imaginar por qué — no fue fácil llegar a una lista final de seleccionados...
Cuando entramos por primera vez al hangar donde están organizados los trabajos del concurso, no podemos dejar de pensar cómo hay tantos ilustradores en el mundo (!) y cómo las mesas casi caen por el peso de tantas expectativas ahí juntas...
La tarea que tenemos por delante es una verdadera hazaña. En 3 días tenemos que seleccionar un máximo de 80 trabajos entre las categorías Fiction y Non Fiction. Para tal es preciso andar, andar, andar (creo que caminamos decenas de kilómetros por los corredores entre las mesas), es preciso mirar muy atentamente todo y, en una primera fase, dejar que la intuición nos guíe. Y después es preciso parar, conversar, discutir, analizar todo mil veces. Volver a andar, a andar, a andar... Parar de vez en cuando. Dejar que la memoria haga su trabajo y nos haga regresar a cualquier cosa que dejamos atrás...
La tarea que tenemos por delante es una verdadera hazaña. En 3 días tenemos que seleccionar un máximo de 80 trabajos entre las categorías Fiction y Non Fiction. Para tal es preciso andar, andar, andar (creo que caminamos decenas de kilómetros por los corredores entre las mesas), es preciso mirar muy atentamente todo y, en una primera fase, dejar que la intuición nos guíe. Y después es preciso parar, conversar, discutir, analizar todo mil veces. Volver a andar, a andar, a andar... Parar de vez en cuando. Dejar que la memoria haga su trabajo y nos haga regresar a cualquier cosa que dejamos atrás...
Este año, 3.188 ilustradores, de 191 países del mundo, enviaron trabajos para Boloña. Hubo países que concurrieron con decenas de trabajos (Italia, Japón, Francia); otros que no participaron (muchos países africanos, por ejemplo); otros de los cuales comienzan ahora a llegar las primeras participaciones, que prometen dar que hablar en un futuro próximo (China). Hubo trabajos enviados por libre iniciativa de los autores (casi todos), otros que llegaron agrupados por escuelas o cursos de ilustración. Inglaterra, Italia, Francia e Alemania son de los países que participan con más estudiantes.
Es natural que, en años anteriores, los criterios hayan sido otros, mas este año no buscamos tener una representación equilibrada con respecto a los países o la participación de las escuelas autores individuales: casi siempre escogimos los trabajos sin saber su origen y en nuestra selección final esos no fueron criterios importantes.
En el centro de todo colocamos antes: la honestidad del autor, y por esto se entiende la capacidad de crear un universo propio, sólido que, aún teniendo referencias de otros artistas, no sea apenas una copia (aún, bien hecha); la capacidad de sorprender (arriesgando, experimentando); la coherencia del conjunto de 5 imágenes; la parte técnica (consideramos importante que exista un nivel mínimo de dominio de las técnicas usadas); la capacidad de contar una historia y/o de transmitir emociones/ambientes/sensaciones.
Y claro que, si fuera otro el grupo de jurados, los criterios serían otros y la selección hecha habría sido otra también.
Una nota para el final: es muy difícil seleccionar un ilustrador a través de apenas 5 imágenes y, más aún, cuando esas imágenes están fuera de cualquier contexto (no existe un texto, un libro, una historia que las acompaña...). En muchos casos tuvimos dudas... tantas, que muchas veces nos daban ganas de dejar un recado a algunos ilustradores que, a pesar de tener un trabajo excelente, por una u otra razón no quedaron en la lista final.
El post it amarillo diría algo así: "Por favor, no desistas. Keep going!"
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Es natural que, en años anteriores, los criterios hayan sido otros, mas este año no buscamos tener una representación equilibrada con respecto a los países o la participación de las escuelas autores individuales: casi siempre escogimos los trabajos sin saber su origen y en nuestra selección final esos no fueron criterios importantes.
En el centro de todo colocamos antes: la honestidad del autor, y por esto se entiende la capacidad de crear un universo propio, sólido que, aún teniendo referencias de otros artistas, no sea apenas una copia (aún, bien hecha); la capacidad de sorprender (arriesgando, experimentando); la coherencia del conjunto de 5 imágenes; la parte técnica (consideramos importante que exista un nivel mínimo de dominio de las técnicas usadas); la capacidad de contar una historia y/o de transmitir emociones/ambientes/sensaciones.
Y claro que, si fuera otro el grupo de jurados, los criterios serían otros y la selección hecha habría sido otra también.
Una nota para el final: es muy difícil seleccionar un ilustrador a través de apenas 5 imágenes y, más aún, cuando esas imágenes están fuera de cualquier contexto (no existe un texto, un libro, una historia que las acompaña...). En muchos casos tuvimos dudas... tantas, que muchas veces nos daban ganas de dejar un recado a algunos ilustradores que, a pesar de tener un trabajo excelente, por una u otra razón no quedaron en la lista final.
El post it amarillo diría algo así: "Por favor, no desistas. Keep going!"
(Fotos de Planeta Tangerina)
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muy interesante!
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