Llegué a su obra por unos dibujos que Maeda hizo con sal (abajo), diluyéndola y usándola como pintura, para lograr unas texturas parecidas a las de la litografía.
Pero luego encontré su fascinante trabajo de origami con cintas de regalo, y más tarde lo que había hecho con hojas, flores, plantas y hielo.
Para no dejar de sorprenderse y maravillarse.
Todo delicado, teatral y efímero.
Como algunas cosas de la vida.
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