Ya se los dije una vez: si cada uno debiera definirse por uno de los pecados capitales, mi marido sería la gula y yo, sin duda, la envidia.
Y es que Dios no reparte el talento en partes iguales.
Me van a perdonar los demás -porque los hay muy buenos- pero lo dije una vez y lo sigo sosteniendo: Francisco Javier Olea es un portento nacional, lo mejor que tenemos actualmente en Chile, por mucho.
No por nada, está contratado -junto a Jimmy Scott- en el diario El Mercurio desde hace más de 10 años. Y aunque se sabe que el trabajo en un diario es siempre a contrarreloj, él logra resultados asombrosos en un tiempo récord.
Y no sólo eso: hace unas caricaturas que son para odiarlo con profunda devoción.
Lo dicho!
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