Es curioso el fenómeno de los blogs.
Hace exactamente 5 años atrás llegué por casualidad al primer blog que conocí, a través de Flickr, y me quedé enganchada a él sin saber exactamente de qué se trataba esto de postear cada día.
Simplemente sentí una conexión con otro ser humano, sentí que alguien me hablaba y me inspiraba de alguna manera que yo necesitaba entonces, y me quedé.
En la película
'Julie&Julia', sobre la vida de
Julia Child, la protagonista está atravesando una intensa crisis y decide cambiar completamente el rumbo de su vida: se promete que va a cocinar un plato del libro de cocina de Julia Child por día, durante un año, y, para que la promesa tenga "testigos", empieza un blog y cuenta día a día lo que le va pasando.
He pensado todo el día en esto; por qué nos importa tanto tener retos y testigos en la vida?
Personalmente empecé este blog porque estaba terminando un proyecto gigantesco; un proyecto que me llenó de ilusión, pero también de incertidumbre y de preguntas.
Me sentía con ganas de compartir, pero muy sola y muy perdida.
Así como la vida cambia constantemente,
Canas Verdes no es hoy lo que fue en un principio.
A poco andar me di cuenta que no era sólo mi trabajo el que quería mostrar, si no que me interesaba hablar de ilustración e ilustradores, en general; de libros, de arte, de aprendizaje.
Luego apareció la posibilidad de ser profesora de ilustración en un instituto y pensé que el blog era una buena manera de saber exactamente cuánto sabía del tema, de prepararme.
Al final, lo de la docencia no salió (y eso es harina de otro costal; algún día con una cerveza en la mano se los cuento!), pero sinceramente no me importó tanto.
¿Saben por qué?
Me di cuenta de que había algo, una pasión, que siempre había estado en mí, que me había acompañado, sobreviviendo trabajos aburridos y crecimientos personales.
Me di cuenta de que sabía mucho más de lo que creía, porque cuando
uno ama algo en la vida, lo aprende. En alguna parte lo guarda, lo lleva con uno. Como el andar en bicicleta.
Hay muchos proyectos que no resultan en una vida, o que no resultan como uno esperaba, y este blog es un proyecto. No sé hacia dónde irá, ni cuánto durará, ni qué cosas traerá.
Pero no me importa, porque lo he disfrutado cada segundo (de aquella forma en que uno tan pocas veces ya disfruta: como una niña).
Me ha traído de nuevo ganas de sentarme a mirar libros y dibujar. Mi mente está todo el tiempo escribiendo e ilustrando, aunque mis manos laven platos. Me levanto cada mañana y aunque tenga algún logotipo que me esté causando problemas o un cliente que no sabe lo que quiere en mi estudio de diseño, tengo algo que me motiva, que me da ganas de encender el ordenador.
Y no sólo eso: hay algo más.
Están ustedes, mis testigos.
Yo no los veo, ni los conozco, pero sé que pasan por aquí, y eso me basta.
Algunos tienen incluso la gentileza de escribirme comentarios, lo que me hace muy, muy feliz, porque la mayoría son personas que como yo, adoran este arte tan difícil.
No quiero parecer pretenciosa -lejos de eso, por favor!-, pero la semana pasada llegué a las 2.000 visitas mensuales; para mí fue un shock, nunca lo esperé.
Lo único que se me ocurre es agradecerles, con toda sinceridad: estar haciendo este camino acompañada vale cada segundo que le he dedicado!