Estos días han sido de esos fríos, grises, en que dan ganas de quedarse hasta tarde en cama, leyendo, o ponerse las pantuflas o un grueso par de calcetas de lana y sentarse junto a la chimenea a mirar el fuego.
Nuestro gato, de hecho, que ya tiene cumplidos los 15 años, no se mueve del lado de las brasas, así que cuando he visto esta imagen de Kayoko Kimino (Japón, 1967), tan gentil, tan doméstica, me he sentido como en mi propia casa.
Tal vez la fuerza de esta ilustradora radica justamente en esa sencillez, esa falta de pretención... el trazo puro del grafito, la línea que no busca ser perfecta, si no sólo retratar ese gesto de alguien poniendo la tetera o abrazando a un niño.
Que delicadeza de trazos... esto me da ganas de dibujar más situaciones cotidianas. ¡Gracias! :)
ResponderEliminarDe nada Sara!
ResponderEliminarEncantada de escucharte de nuevo!
Un gran abrazo, Joanna