Desde hace un tiempo a la fecha, es fácil darse cuenta que vivimos un boom de la Ilustración, a nivel nacional como internacional.
Hay más concursos, más charlas, más talleres; cada semana aparece en los medios alguna entrevista a algún profesional y también (¡cómo no!) las universidades e institutos superiores han visto el filón y han comenzado a ofrecer la carrera o el diplomado de Ilustración como parte normal de su malla curricular.
Todo eso está muy bien, obviamente, pero hay algo de lo que no se habla: ¿qué pasa con el tema de los derechos autorales de los futuros ilustradores?
¿Serán considerados autores, al igual que un escritor, o meros decoradores de libros, objetos, textiles, etc.?
¿Habrá leyes que resguarden su trabajo?
Hace una semana me llegó un artículo que se llama Ser autor: la exitosa (y larga) lucha de los ilustradores argentinos (para leerlo completo, clicar aquí).
Es interesantísimo -se los recomiendo de todo corazón- y deja al descubierto una verdad inquietante: que nuestros vecinos del otro lado de la Cordillera están a años luz en cuanto a reivindicaciones y logros laborales.
A modo de ejemplo (y no voy a poner nombres, porque no quiero tener después problemas legales), pongo mi propia experiencia:
1- Hice un libro.
Me llegó el contrato: el ilustrador no era considerado autor, por lo tanto sólo había un pago único, por servicios prestados.
No especificaba fecha para el uso del trabajo. Es decir, la editorial se quedaba (y podía usar y reusar el material) para siempre jamás.
Sin nuevos pagos, sin nuevos contratos.
El libro va en la segunda edición: el autor recibió royalties, yo no.
2- Hice muchas, muchísimas ilustraciones para un libro de material pedagógico.
Cuando pregunté por el contrato, me contestaron que no hacían contratos, porque "habían tenido muchos problemas en el pasado, sobretodo por el incumplimiento de los plazos estipulados".
Casi no hay para qué decirlo: también se hacía un pago único, la editorial se quedaba con el material para siempre, podía incluso usarlo para diferentes libros.
Ninguna posibilidad de negociación.
Podría seguir dando ejemplos, pero supongo que la idea está clara.
Evidentemente siempre existe la alternativa de rechazar un encargo por considerar las condiciones de trabajo abusivas -y me saco el sombrero por quienes se atreven- pero estoy segura de que habría perdido las pocas oportunidades que tenía para empezar en este campo.
Me parece -y es una opinión absolutamente personal- que mientras no nos asociemos, como nuestros vecinos, y dejemos atrás ese oscurantismo que hay con respecto a las condiciones laborales y sus tarifas, todo seguirá igual.
¿Qué les parece a ustedes?
es una verdadera lucha, en Uruguay desde el colectivo Iluyos tenemos la posibilidad de compartir como amigos lo que nos proponen y entre todos "pelear" por lo que nos corresponde, o debatir sobre el asunto, muchas veces se logra, muchas no y queda a criterio de la necesidad económica del ilustrador si tomar o no el laburo...por suerte cada vez pasa menos, hoy en día al entablar relación con una editorial en caso de libro álbum partimos de la base de la co-autoría, pero en los ejemplos que mencionas creo que estamos en iguales condiciones con los hermanos argentinos. Es un tema que da para seguir pensando todos juntos. Gracias por el artículo.
ResponderEliminarDe nada, Clau Clau... Gracias a ti por contarnos un poquito lo que pasa en Uruguay.... Siempre es bueno ir teniendo una visión más amplia!
EliminarUn gran abrazo a los amigos de Iluyos!
Joanna
Igual en Perú, salvo que haya alguna novedad al respecto y no me haya enterado. Te ponen el crédito como autor de las ilustraciones, te pagan y punto. Y cuando van a lanzar una 2da edición, igual como lo que comentas, el autor de la obra recibe royalties, pero el de las ilustraciones nada. Bueno en mi caso cuando quisieron volver a editar un cuento que ilustré, al menos tuvieron el gesto de llamarme para solicitarme permiso para el uso de las ilustraciones y cuando les pregunté si iba a recibir algo ( al igual que el autor) me dijeron que no, por que no había reglamento alguno en el que mencionara un pago al autor de las ilustraciones si la obra se reeditaba o hacían uso de las imágenes, pero lo que si podían hacer es que una vez editado el libro era darme una cantidad de ejemplares... Esa es la realidad. Y mientras todos estemos desperdigados haciendo cada quien su tarea y no unidos, la historia continuará.
ResponderEliminarEsperemos que la historia cambie en un futuro cercano
Un abrazo
Roberto.
Mil gracias, Roberto.... Vamos armando un panorama latinoamericano?
EliminarHabrá que seguir el ejemplo de nuestros vecinos argentinos!
Un gran abrazo, Joanna
Joanna al comienzo del artículo mencionas con que hay más concursos, para mí este es uno de los grandes problemas que hay en la profesión, un problema que está en la ilustración y también en el diseño gráfico. Lo que comento no creo que te venga de nuevo, dado que ya me habrás leído en el grupo corporativo de Linkedin en más de una ocasión.
ResponderEliminarEl gran problema es que hoy en día cualquier persona abre una web crea “concursos” y ofrece estos servicios para empresas, dejando por los suelos a todo un sector profesional. Además muy pocos concursos están bien pagados, y más cuando se ven las cantidades de propuestas que reciben.
Esta es una de las luchas que tenemos los ilustradores de todo el mundo.
Saludos Daniel Molina Laporta (Dmcreativo)
Hola Daniel:
EliminarMil gracias por dar tu opinión....
Sí, en general la situación para los ilustradores (y diseñadores) a nivel mundial no se ve muy prometedora...
Personalmente creo que donde hay mucha oferta y poca demanda, pasa esto: que se empieza a abusar a todo nivel, porque obviamente a todos nos gustaría, y todos debemos trabajar.
Como bien dices, hemos hablado antes en los grupos de LinkedIn acerca de la diferencia de concursos verdaderos, pagados y respaldados por alguna buena editorial u organización de cierto prestigio, y los "concursos" de las páginas de crowdfunding, que son, a mi juicio, un engaño legal.
Intento postear sólo sobre los primeros.
Un gran abrazo, gracias por participar,
Joanna