La historia, como cuenta Catalina en su blog, es muy sencilla: "se trata del recuento que hace un padre de familia de las piezas de vajilla que tienen en casa. Una vajilla que dista mucho de estar completa, y que irá rompiéndose, extraviándose o siendo reutilizada para otros fines.
Este inventario, continuamente corregido, nos permite recorrer distintas escenas de la vida doméstica de los protagonistas y también avanzar en el tiempo, pues los hijos crecen, algún ser querido desaparece, el padre envejece. Como ocurre con la propia vajilla, también la vida está llena de cambios, pérdidas y hallazgos. Al final, las imágenes nos cuentan que lo que importa es cómo se disfruta de esos platos, esas tazas y esas cucharillas, o dicho de otro modo, cómo entrelazamos nuestras vidas a las de nuestra familia y a las de las persona que queremos."
¡Muchas felicidades para las dos autoras! ¡Y qué ganas de ver el libro!
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